D. Santiago ¿Qué podríamos hacer para mejorar nuestro hojaldre? Le pregunté durante el homenaje que le brindó la Diputación de león en 2015.

Nada. No lo toques que lo estropeas.

Hoy. Día en el que inauguramos nuestra web, los artesanos de Nazarè queremos mostrar nuestra consideración y afecto a un hombre que, sin duda, es la máxima autoridad en nuestra disciplina, el hojaldre artesano se mantequilla, y que ha elevado nuestra profesión a la categoría de arte.

D. Santiago Pérez García es más que conocido en el gremio pastelero internacional, pues ha dado formación a pasteleros de medio mundo. Algunos de los cuales se han hecho famosos. Pero, a pesar de lo dicho, resulta ser un desconocido para el común de la gente, incluso en León su tierra natal.

Sobre la vida de D. Santiago se ha escrito casi todo: Que es un gran maestro del chocolate y que ha impresionado a propios y extraños con sus creaciones, que tiene dos maletas llenas de premios entre ellos la Medalla de Oro de la Confederación de Pasteleros, que ha recorrido el mundo siendo joven para formarse y después para dar formación, que ha hecho miles de pruebas en las fórmulas buscando “el equilibrio químico perfecto” que ha escrito 22 libros sobre pastelería, que no tienen desperdicio, con sus investigaciones, que es el creador de varios productos típicos de León etc.

Sin embargo, yo quisiera resaltar algunos aspectos esenciales de su humanidad sobre los que no se ha escrito tanto:

D. Santiago ama su trabajo. A dedicado miles de horas al estudio de la pastelería. No ha buscado la fama ni el dinero. Simplemente ha trabajado con entusiasmo para ganar en calidad y dignificar esta profesión. Esta es una de las virtudes de un hombre que es grande porque es humilde.

De nada nos serviría a los demás el talento de D. Santiago si no se hubiese dedicado a la docencia. No es normal que un genio muestre sus secretos y mucho menos en este oficio. En su facultad del dulce, SAPER. Centro de nuevas técnicas pasteleras, ha impartido su ciencia a los mejores pasteleros del mundo. “No hay fórmulas secretas sino cocineros inexpertos” dice el maestro. Se puede afirmar que la ciudad de León es cuna de pasteleros gracias a su escuela que, por cierto, sigue abierta y funcionando en nuevas instalaciones, regentada por Alberto Pérez, hijo del genio, que ha optado por continuar los pasos de su padre.

La familia es una prioridad inexcusable para D. Santiago. En octubre de 2015 tuve el honor de participar en un homenaje que le brindó la Diputación de León y durante el acto observé que “el viejo profesor” andaba nervioso y con ganas de irse a casa. Estaba cuidando de su señora esposa enferma en aquel momento, y no quería dejarla sola.

Los grandes maestros enseñan ciencia y valores. D. Santiago es sin duda uno de ellos. Agradecemos profundamente su legado y deseamos lo mejor para él y su familia. Para su hijo Alberto deseamos acierto en la dirección del centro SAPER para que siga siendo una de las mejores escuelas de pastelería españolas y un emblema para León, como lo está siendo hasta ahora.

Muchas gracias.
Javier Losada.